Ayer corrí en Vitoria-Gasteiz la 32ª edición de la Prueba Cicloturista Vitoria. 250 kms de recorrido, como ya publiqué en la previa del viernes. Nosotros fuimos seis amigos, además de conocer a algunos más de los que corrían. Nuestra intención, intentar llegar a meta todos juntos, o por lo menos casi todos. Lo que pasa que en 250 kms puede pasar de todo.
A las 7 de la mañana, y ya con buena temperatura, salimos los cerca de 250 valientes en dirección a Agurain. A esas horas ya no hacía falta manguitos, así que la jornada se presumía calurosa. Además, por la tarde se esperaban tormentas, por lo que uno de los objetivos era llegar a meta antes que la lluvia.
Los primeros kms de la prueba, la salida de Vitoria, se hicieron suave, y a medida que iban pasando los kms y nos acercábamos a Agurain se subió un poco el ritmo. Entre Agurain y Opakua los que tenían ganas de guerra ya iban pasando delante para subir mejor el puerto de Opakua. De momento ibamos todos juntos (siempre hablando de mis amigos). Al empezar el puerto tenía empezado subir suave, pero poco a poco me fui animando, y tras ver que podía subir con los mejores, fui para arriba algo más rápido.
Cogí a los primeros justo arriba, y ya seguí con ellos. Una bajada corta hacia Navarra y después unos 10 kms llanos tirando hacia abajo. Ibamos un grupo de unos 40, con muchos pata negra. En Urbasa saltaron dos hacia delante, pero el ritmo en el grupo fue muy bueno y estuvieron todo el rato a unos 50 mts. Arriba hubo un intento de corte, y durante los 10 kms de repechos antes de la bajada se hicieron 2 grupos. Yo estaba atrás, pero se veía que lo de delante no iba muy lejos.
Bajando nos juntamos todos de nuevo. Por desgracia uno se cayó, creo que por un reventón en una rueda. En el tramo de llano hasta Etxarri y Lizarraga pueblo, antes de subir Lizarraga, se fue despacio, y la subida tampoco fue muy rápida. Aunque el grupo se hizo algo más pequeño, no había sensación de agobio en el grupo. Subí bastante delante, junto a mi amigo Eriz.
Tras bajar Lizarraga, en Abárzuza (km 124), está el 1º avituallamiento obligatorio, donde te sellan el libro de ruta. Allí decidí quedarme a esperar a mis amigos, para hacer con ellos la 2ª mitad de la prueba. Así que me despedí de Eriz, que siguió con los de su especie, con los buenos. El primero de mis amigos llegó 7 mins después, y el resto casi 20 mins después de llegar yo. Así que mientras cogían fuerzas y tal, estuve media hora en el avituallamiento.
Por tanto, desde Abárzuza cambié el chip. Ya no era ir rápido y seguir a los buenos. Era ir con los amigos y ayudar un poco en el llano. En Estella nos encontramos con un repecho de un par de kms para juntarnos con la carretera del Camino de Santiago, que seguimos hasta Torres del Río. Allí, cruce a la derecha en dirección al alto de Lapoblación, un puerto que se hace largo, sin simbras. Además, en muchas zonas del recorrido nos encontramos con nubes de insectos, que al pasar se quedaban pegados en piernas, brazos y cara. Eran millones y a veces no se podía respirar. Muy molesto. En este tramo uno de mis amigos se desfondó, y finalmente decidió retirarse en el avituallamiento de Laguardia, en el km 200, justo antes de Herrera.
El resto, a alguno le costó un poco subir Lapoblación. Pero después hasta Laguardia el terreno era favorable. En el avituallamiento de Laguardia, en una bodega, nos volvimos a juntar los seis, y allí ya nos dijo uno que no seguía. Una lástima. Y ahora quedaba subir Herrera con 35º, buff! Subiendo, cada uno a su ritmo. Son casi 6 kms por encima del 8%, con alguno en torno al 10, y con 200 kms en las piernas. Se hace largo, jeje, y con los 35º que había ayer, pues a ratos era un poco axfisiante.
Ya arriba nos volvimos a juntar todos. Como teníamos un coche de apoyo con otro amigo, el que se había retirado pudo seguirnos. Tras juntarnos y descansar un rato (alguno lo necesitó bastante), nos lanzamos hacia abajo. A la salida de Peñacerrada uno se quedó un poco atrás y los otros 4 seguimos hacia delante. Después vino el coche y nos dijo que había tenido calambres,a sí que vendría más lento. Que siguieramos a nuestro ritmo. Así que seguimos los 4 que quedábamos, llaneando un rato por el burgalés Condado de Treviño, para después subir suavemente a Zaldiaran, el último "repecho" del día. Otra vez, nos reunimos los 4 arriba y ya nos lanzamos a los últimos 8-10 kms de carrera. Al llegar arriba, un trueno.
Esos kms son los más fáciles. Unos cuantos para bajar el puerto y el resto que pican hacia abajo para llegar a Vitoria directamente a Mendizorrotza, lugar de salida y meta. Contentos. Llegamos juntos 4 de seis, y sellamos por última vez el libro de ruta. De regalo un maillot y una botella de vino. Un refresco y esperamos al último de mi grupo, que llega con cara cansada y diciendo que no vuelve (ya veremos). El calor le ha pasado factura. Como a muchos. Yo acabé bien, y espero volver el año que viene.
Esta mañana, aprovechando que el tiempo está un poco revuelto, he bajado al rodillo para hacer una hora suave, para soltar un poco las piernas y poder preparar la Irati Xtreme de dentro de dos semanas.